sábado, 28 de marzo de 2020

Cuando las circunstancias marcan nuestra vida






Estamos asistiendo a un hecho totalmente desconocido, y como cualquier ser humano lo desconocido a mi por lo menos me da miedo.
El miedo es una emoción que describe la percepción de un peligro y que también nos permite ponernos en guardia.
La pandemia que estamos sufriendo está poniendo de manifiesto (una vez más) la fragilidad de nuestras "realidades". Y viene a mi memoria el libro del Dr Rojas Marcos: "Nuestra incierta vida normal" y me quedo con la idea de la capacidad de superación que tiene el ser humano.

Y es de justicia reconocer el trabajo de todos estos profesionales que están velando por nosotros y que día a día están demostrando la grandeza del ser humano por encima de ideas o ideologías. Y esa es la grandeza del ser humano; sacar lo mejor de nosotros mismos. En el otro lado algunos que representan la irresponsabilidad.

Y también acompañar a todas esas personas que están sufiendo con la pérdida de sus seres queridos. Vaya para ellos todo el afecto y cariño.

Pienso que empieza a vislumbrarse una nueva realidad que merece, a mi juicio, una breve reflexión. La emoción y la razón. Dos formas de enfrentarse al problema pero que da paso a dos formas de entender la vida. Por un lado nuestra concepción cultural basada en la emoción, muestras apasionadas (pronto serán las 20:00 h y saldré a aplaudir), estrategias polítcas dirigidas a captar el corazón y una educación en la que buscamos la protección de los niños, buscamos su felicidad, pero entendida en el equilibrio sino en la inmediatez y así mil situaciones que describen eso que llaman el estado del bienestar, o la zona de confort. Frente a esto tenemos una concepción más racional encarnada en oriente y que diluye más a la persona, donde la competitividad y la lucha por llegar a lo más alto es el objetivo.

No pretendo hacer un alegato en defensa de una u otra postura. Lo que pienso es que el día después tiene que dar lugar a un proceso de pensamiento que ponga encima de la mesa que nos encontramos ante una nueva realidad. Y sí, pienso que podemos estar asistiendo a una auténtica situación de guerra. No ha hecho falta una gran inversión en armas, y ya tenemos la respuesta a la pregunta que se hacía Einstein; la tercera será como lo estamos viviendo. Y el día después nos mostrará que la clase media, una vez más, será la gran damnificada y que será responsabilidad nuestra preparar a las nuevas generaciones para esa realidad. Otra cuestión será si aprenderemos para evitar la cuarta, porque esa sí será con piedras.
















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